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Autómatas programables

Un autómata programable es un equipo electrónico que realiza procesos secuenciales a nivel industrial. Monitoriza entradas y salidas (input/output) y se encarga de tomar decisiones lógicas para automatizar procesos o máquinas.

Los autómatas programables son controladores programables que permiten que las máquinas realicen procesos sin la necesidad de intervención humana. Por tanto, se define a los autómatas programables como controladores inteligentes. El uso de tales controladores se encuentra sobre todo en la industria, donde grande y complejas instalaciones trabajan con muchos procesos.

Características de los autómatas programables

Se caracterizan por ser componentes robustos que, en algunos casos, pueden aguantar condiciones severas: frío, calor, polvo y humedad extrema. Su lenguaje de programación en bloques de función se entiende fácilmente, de esta manera pueden programarse sin apenas dificultad. Los autómatas programables son modulares, es decir, permiten añadir módulos (analogías, comunicación, pesaje o temperatura) en caso de necesidad.

¿Cómo funciona un autómata programable?

El autómata programable percibe la información enviada por los sensores o dispositivos de entrada que están conectados, procesa los datos y enciende las salidas basándose en parámetros programados.

En función de las entradas y salidas, un autómata programable puede monitorear y llevar a cabo el registro de datos de tiempo de ejecución así como la productividad de la máquina o la temperatura de funcionamiento, iniciar y detener automáticamente los procesos, crear alarmas si una máquina no funciona correctamente.

Más información

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Ventajas de los autómatas programables

Los autómatas programables tienen la capacidad de llevar a cabo funciones de control desde cables y aplicación. Gracias a la programación interna que tiene, no es necesario una gran cantidad de cables que se encuentren conectados entre sí.

El uso de autómatas programables hace más fácil conocer y corregir los errores del sistema para poder cambiar estos añadiendo nuevas funcionalidades específicas para solventar el problema durante el proceso industrial.

Además de ello, otra de sus ventajas es el tamaño el cual es mucho menor. Esto es, el sistema de control ocupa menos espacio y así es más fácil su manejo. Unido a la ventaja del tamaño, se hace más simple a la hora de realizar cambios para añadir nuevas funciones al sistema de control. También abarca una serie de funciones tanto de diagnóstico como de cancelación, siendo más sencillo detectar los errores y poder aislarlos de manera concreta para que no vuelvan a repetirse.

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